viernes, 4 de octubre de 2013

México # estudiantes y maestros en las calle NO A LA PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN


Hace 45 años, (1968) los estudiantes mexicanos luchaban por los derechos de las clases más desprotegidas, entre ellos a la libertad de expresión y a la educación, hoy se ha repetido la lucha y como en una pesadilla regresamos a la represión brutal por parte del gobierno comandado por el PRI, por Enrique y su padrino Salinas.
Transcurso de la marcha (y la posterior represión policiaca) en recuerdo por la masacre de estudiantes perpretada por el gobierno priísta el 2 de octubre de 1968.

NO SE OLVIDA from SubVersiones on Vimeo.


Hablamos con Alejandra Castrejón (periodista mexicana) y Carlos Soledad(Asamblea d Solidaridad cn México). Nos relatan q está ocurriendo con la lucha q desde hace meses llevan realizando l@s profesores, frente a una reforma educativa q dejará a personal docente en el paro y hará paupérrima la situación educativa en estados como Oaxaca ó Michoacán. Dentro d un contexto de recortes y reformas d leyes en todos los ámbitos q llevan a la privatización . Escuchamos audios con entrevistas realizadas a profesores/as describiendo la situación, los porqués y alternativas 

Como es tradición, y también desafortunadamente, el gobierno ha mandado infiltrados para romper la manifestación y desprestigiar a los que ahí iban con sus mejores intenciones, incluso con sus hijos, un niño de aproximadamente 5 años llevaba un cartel que decía: "Peña, me vas a disparar a mí", y efectivamente a menos de un minuto de leer dicho cartel, madre e hijo corren por sus vidas.

Pero empecemos por el principio, el día 1 de octubre el gobierno de la ciudad de México cerca uno de los parques por donde pasará el contingente, la emblemática "Alameda", casualmente donde se dará el zafarrancho, ¿programado?

Al llegar al metro Tlatelolco, un gran número de granaderos (anti disturbios) cercaba la zona, la gente que bajaba de los vagones con gesto de decisión, sonrisas, y ganas por cambiar la situación del pueblo mexicano, se veía censurado, acosado, ya que ni siquiera bajando del metro, ya teníamos un primer reten, en donde no dejaban pasar a muchos, y a la mayoría les revisaban sus cosas. Afuera del metro, más granaderos, un señor les gritó sobre lo absurdo de atacar al pueblo,  y es que en ciudad de México muchos tenemos parientes que fueron asesinados o que lograron escapar de los soldados de aquel rojo octubre. Seguro ellos también, pero han olvidado la sangre de sus propios muertos.

Las diferentes universidades quedaron en diferentes sectores de la ciudad de donde caminaran para reunirse en la "Plaza de las tres culturas", lugar donde fue la masacre en el 68. A las 3 de la tarde ya se encuentran camionetas del sindicato de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), organizando al resto de instituciones, sindicatos y organismos.  A su llegada, hacían filas ordenadas con pancartas y explicando a los reporteros que se les acercan para cubrir la noticia.

Sin embargo, en esta acción de comunicación, pude observar gran apatía ya que los reporteros de medios "consagrados" comían tacos y se reunían con otros, los independientes era, otra cosa, intentaban captar las mantas, los pronunciamientos, hablar con los manifestantes.
En mi caso personal, pude ver que muchos manifestantes tenían sus reservas a contestar, ya que hemos visto como los medios masivos deforman la información, en el caso de una chica, estudiante de la normal para maestros, me contesto con una mirada que iba de la precaución a la desconfianza, pasando por el miedo. La entiendo, pero ambas pasamos la barrera: ella expresó y yo la grabé, pese a que la policía en todos los puntos grababa a los manifestantes, periodistas y demás ciudadanía que miraba lo que acontecía. Cuando le daba el tip a otros que llevaban cámaras un policía se acerco para grabarme más de cerca. Eramos como una gran ola que caminaba con dirección al monumento de la Revolución, desde iniciar la marcha ya se sabía eso.

Al llegar al punto en donde se puede ir al Zócalo (del cual desalojaron a los maestros en contra de la Reforma Educativa), o bien al Monumento de la Revolución, el CNTE  avanzó con dirección al monumento, lugar señalado desde el principio, pero luego una serie de gente (hombres) encapuchados y sin pinta de estudiantes empezó a atacar a los granaderos como si pretendieran ir al Zócalo. Todo era como una pantomima, pude posicionarme en medio del ojo del huracán, y ver como estando a un paso de ellos, se replegaban, y los dejaron romper los vidrios de un comercio en donde yo me refugiaba. Luego de esta farsa, un policía grababa los daños; pero ni los propios empleados del establecimiento se creían que fueran manifestantes, sino una treta para culpar a los que si iban realmente a la marcha y que  fueron detenidos en medio de la revuelta.

También pude ver como un grupo de la Policía Judicial, miraba las nalgas de una manifestante, y cuando les reclamó una mujer, entonces ellos se burlaron de ella. Los que cuidan la ciudad, ahí estaban, apaleando estudiantes, y acosando sexualmente a mujeres. Pero el contingente pese a todo este desbarajuste seguía hacia el Monumento.

En la pantomima, se montó una justificación del porqué no dejan que los ciudadanos pisemos las calles de nuestro país; un circo que raya en lo absurdo, en lo grotesco, pues ¿por qué no se llevó el enfrentamiento en otro lugar, y si en el que ellos ya habían cercado? ¿Por qué si nadie se dirigía al zócalo? Para desprestigiar a la clase obrera que si tiene educación, que ha despertado del letargo, que intenta luchar contra el dinosaurio que ha vuelto ahora con garras de señorito mediático casado con la artistilla de telenovelas.

Lo que es cierto es que las armas de combate han cambiado: ahora todos se defienden con una cámara móvil y subirlo a las redes sociales, relatar en carne propia la experiencia. 2 de octubre no se olvida, ni el del 68, ni este, que en medio de los granaderos un pueblo lucha por sus derechos y obligaciones como ciudadanos. Hay desaparecidos, igual que hace 45 años. Al llegar a casa la televisión, como la de muchos mexicanos estaba mirando el partido y gritando gol como enajenados. Eso ha sido muy duro, ¿de qué valen las vidas de los que luchan para usted?

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